
El orden mundial existente lo impuso Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial, y reservó para sí todos los privilegios.
Obama no tiene forma de administrar la olla de grillos que han creado. Hace unos días se derrumbó el gobierno de Túnez, donde Estados Unidos había impuesto el neoliberalismo y estaba feliz de su proeza política. La palabra democracia había desaparecido del escenario. Es increíble cómo ahora, cuando el pueblo explotado derrama su sangre y asalta las tiendas, Washington expresa su felicidad por el derrumbe. Nadie ignora que Estados Unidos convirtió a Egipto en su aliado principal dentro del mundo árabe.
