“El humor libera” afirma con certeza el cubano Gerardo Hernández Nordelo quien cumple la tan aterradora como injustísima condena de dos cadenas perpetuas más 15 años preso en esa pavorosa edificación de concreto rodeada por varias millas de alambres de púas que es la Penitenciaría Federal en Victorville, enclavada en una zona desértica de California, en los Estados Unidos. Pero para Gerardo, uno de los cinco héroes cubanos presos en cárceles de los Estados Unidos, la risa necesaria no es mera frase y hay verídicas pruebas de ello.